Los criptoactivos, promocionados como el futuro de las finanzas, no solo no han cumplido su promesa, sino que se suman a los riesgos financieros en las economías en desarrollo, según un documento del Banco de Pagos Internacionales.
«Los criptoactivos tienen el atractivo ilusorio de ser una solución simple y rápida para los desafíos financieros», especialmente en los mercados emergentes, pero «hasta ahora no han reducido sino más bien amplificado los riesgos financieros en las economías menos desarrolladas», mostró el informe del BIS.
El informe analiza lo que sucedería si los criptomercados y los mercados financieros tradicionales se integran más en el futuro, con un enfoque en los posibles riesgos de estabilidad financiera, ya que los criptoactivos «deben evaluarse desde una perspectiva regulatoria y de riesgo como todos los demás activos».
Los riesgos son múltiples, con vulnerabilidades de criptoactivos derivadas de la naturaleza, estructura, composición y función de esos mercados.
Como posible camino a seguir, argumenta el documento, las autoridades nacionales pueden cooperar para definir los datos que necesitan para monitorear el mercado de manera efectiva, «con énfasis en la identificación de puntos de conexión críticos con las instituciones financieras y las infraestructuras centrales del mercado».
Sin embargo, esto viene con elementos de divulgación que van en contra del anonimato que lleva a algunas personas y entidades a los criptoactivos en primer lugar.
Las pautas del informe para regular y supervisar los mercados de criptoactivos incluyen prohibiciones, contención y regulación.
«Dada la naturaleza extraterritorial y seudoanónima de los mercados de criptoactivos, una prohibición total podría no resultar aplicable», se lee en el documento del BIS.
«Por el contrario, los formuladores de políticas perderían de vista estos mercados, haciéndolos aún menos transparentes y predecibles. Además, se perderían todas las ganancias potenciales de innovación de los mercados de criptoactivos».
Mantener el control de los flujos entre los sistemas financieros tradicionales y los activos del criptomercado, o la contención, enfrenta obstáculos similares a los de una prohibición, ya que «controlar los fondos podría no ser factible en la práctica».
La regulación, argumenta el documento, viene con diferentes motivaciones entre jurisdicciones y agrega el problema de las lagunas en los datos, donde la divulgación nuevamente juega un papel importante.
A principios de este año, el jefe de servicios financieros de la Unión Europea dijo que el resto del mundo debería copiar las reglas de la UE para los criptoactivos para crear un enfoque global que proteja a los consumidores y la estabilidad financiera.
Se espera que alrededor de dos docenas de bancos centrales de economías emergentes y avanzadas tengan monedas digitales en circulación para fines de la década, según una encuesta del BIS publicada el mes pasado y realizada a fines del año pasado.
Información de Rodrigo Campos, Edición de Nick Zieminski
Fuente: reuters