“Agotamiento social”, falta de credibilidad, mensajes de odio… son muchos y variados los males que aquejan a las redes sociales. Este es el panorama para Facebook y Twitter en 2017.
Quizás hayas oído acerca del fenómeno del “agotamiento social”. Aunque en España es menos palpable, en otro países como Estados Unidos empiezan a cansarse de las fotografías y momentos de felicidad de Facebook, los grupos de WhatsApp y el “always on” 24/7 que exigen las redes sociales, lo que está llevando a algunos a abandonarlas.
Las redes sociales han perdido parte de su encanto. Un informe reciente de IAB Spain revelaba que su consumo ha caído por primera vez tras diez años de crecimiento imparable. Aunque Facebook sigue siendo el rey, él tampoco se salva de la merma. Según el mismo estudio, los españoles le dedican semanalmente un promedio de 4 horas y 23 minutos, ocho minutos menos que en 2014.
Algunos expertos sugieren que esta evolución es normal, pues superada la emoción o el “hype” inicial, toda plataforma o herramienta novedosa acaba estabilizándose.
Facebook: noticias falsas y privacidad
Pero el “agotamiento social” no es el único mal que aqueja a las redes sociales. Facebook, por ejemplo, tiene dos “chinas” en el zapato: por un lado, las críticas de los que le acusan de disfrazar de red social lo que en realidad es una mastodóntica estructura comercial que vive de la publicidad (o más bien de los datos de sus usuarios).
A esto le tiene que sumar la merma de credibilidad que ha sufrido en los últimos meses por darle cobertura a las noticias falsas, aunque la plataforma de Zuckerberg se escuda en que no es un medio de comunicación y por tanto no se responsabiliza de lo que en ella se vierte.
Aún así, Facebook ha llegado a un acuerdo de colaboración con entidades verificadoras de información y pretende desarrollar un sistema que marque con una alerta aquellos post cuyo origen sea sospechoso.
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Aunque esta medida tampoco es perfecta: por un lado resulta difícil imaginar que un equipo de verificación, por complejo que sea, pueda revisar los millones de contenidos que se comparten en Facebook, y por otro lado está el tinte controlador (e incluso censor) que algunos ya han visto en ella.
En cualquier caso se le plantea un reto, porque de momento los usuarios confían en lo que leen o ven en Facebook, pero si la red social se llena de bulos, podrían abandonarla.
Twitter: todo son problemas
Twitter por su parte no levanta cabeza. No sólo no atrae a nuevos usuarios sino que bajan las horas de consumo de los que ya tiene. Además todos sus intentos por monetizar su modelo de negocio han caído en saco roto.
Esto está teniendo consecuencias en su valor bursátil, que no ha dejado de caer este año, lo que ha llevado a sus inversores originales a manifestar que fue un error apostar por ella.
Su delicada situación financiera hizo que Jack Dorsey, CEO de la compañía, recortara la plantilla en dos ocasiones y se sentara con analistas para tratar de vender Twitter a una gran tecnológica; pero estos planes tampoco salieron bien. Sonaron Salesforce, Disney y Alphabet, entre otras, como posibles compradores, pero al final ninguno acabó decidiéndose.
Por si fuera poco, Twitter se ha convertido sin quererlo en el lugar donde donde trolls, delincuentes e individuos de este tipo encuentran cobijo y espacio para dar rienda suelta a sus mensajes de odio y violencia. Aunque la red de microblogging ha tomado diversas medidas para atajar este problema, hasta ahora han ido enfocadas sobre todo a evitar ser víctima de estos usuarios violentos pero ha hecho poco (o nada) por enmudecerles.
Fuente: ticbeat.com