Así funcionan los cables submarinos de internet.

Este sistema mejora los servicios de comunicaciones fijos y móviles en un territorio.

De los miles de kilómetros de cables submarinos de fibra óptica que están instalados a lo largo de los océanos depende garantizar una mejora en los servicios de telecomunicaciones. Cada vez que usted reproduce un video en YouTube, ve una serie en Netflix o descarga una aplicación en su móvil, hace uso de dicha tecnología.

“La mayoría de los usuarios piensan que toda la comunicación a lo largo de la cadena de los datos que se transmiten es inalámbrica. En realidad no es así. Llega un punto de la red donde las antenas que se ven en la calle recogen la información de los usuarios móviles y la mueven hacía la red, a través de la fibra óptica”, explica Héctor Silva, director de tecnología de la compañía Ciena.

En esencia, un cable submarino es un conjunto de equipos diseñados para permitir la interconexión entre dos o más puntos, pasando por el lecho marino. El sistema está compuesto por dos partes, una porción terrestre y una porción marina.

En Colombia hay 10 cables (Arcos-1, Pan-Am, CFX-1, Maya-1, SAM-1, AMX-1, Globenet, PCCS, SAC-LAN y Pacific Caribbean Cable System), que permiten la conexión con otros países del mundo. Para que se haga una idea, el cable AMX-1 (que pertenece a Claro) tiene una longitud de 17.800 kilómetros y conecta a Colombia con Brasil, República Dominicana, Puerto Rico, Guatemala, México y Estados Unidos.

Silva señala que estos cables han tenido una importante evolución a lo largo de los años. “Están basados en silicio y en vidrio, que ya no solo permiten transmitir recursos electrónicos, sino también haces de luz emitidos por láseres. Esos haces de luz no son visibles al ojo humano, pero los podemos imaginar como diferentes colores que viajan por el mismo hilo de fibra a través de distancias transoceánicas”, añade.

El experto dice, además, que la fibra óptica es el medio de transmisión más utilizado en telecomunicaciones, gracias a la gran capacidad que tiene para mover información. A través de un hilo de fibra se pueden enviar millones de bits por segundo (bps) y acceder a servicios de manera simultánea con gran calidad.

Cuando nació esta tecnología, se contemplaban velocidades de transmisión de información de hasta 8,8 terabytes por segundo por cable. En la actualidad, ya se registran velocidades de 30 terabytes por segundo por cable de fibra óptica. Con esta evolución, la navegación en internet es más rápida y eficiente, y podrá dar soporte a aplicaciones más robustas.

Retos por afrontar

La llegada del internet de las cosas y de los servicios por demanda plantea a los operadores la necesidad de incrementar la capacidad para atender todas las necesidades de los usuarios.

“El reto es cómo dar el salto manteniendo los costos. Los operadores son presionados por la innovación y deberán crear servicios con valor agregado”, concluye Héctor Silva.

Alianzas para el desarrollo

Los cables submarinos se tienden gracias a las alianzas público-privadas. El Gobierno Nacional ha trabajado en la puesta en marcha de varias políticas de fortalecimiento de la infraestructura tecnológica; y la empresa privada -es decir, los operadores- ha destinado inversiones cuantiosas para mejorar cada día la calidad del servicio de internet.

En la actualidad, Colombia cuenta con una red con más de 42.000 kilómetros de fibra óptica instalada en el lecho marino y casi un centenar de estaciones para la conexión de internet; además, existen 24.000 kilómetros de fibra terrestre.

Fuente: eltiempo.com

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