Western Digital se aliará con el consorcio japonés para hacerse con los chips de Toshiba.

Western Digital quiere los chips de memoria de Toshiba a toda costa y estaría dispuesta a aceptar una participación minoritaria en el corto plazo si con eso evita las trabas del gobierno nipón.

Toshiba, antaño emblema de la tecnología japonesa, es ahora una muestra de la debacle causada por una nefasta gestión causada, en parte, por la endogamia directiva que sufre ese país. Su división en cuatro empresas para evitar una quiebra inevitable de otro modo ha provocado, también, que el capítulo de desinversiones de esta firma esté acelerándose, con su negocio de semiconductores y chips de memoria como protagonistas.

En esta parcela, ya son una decena los pretendientes serios a aprovechar el mal momento de Toshiba para quedarse con su segmento de actividad más lucrativo. En el caso particular de las memorias flash, Western Digital parecía la favorita a hacerse con esta división, pero este movimiento despertó los recelos de las autoridades niponas, nada sospechosas de favorecer esa endogamia nacional en su tejido empresarial. Unos recelos que llegaron al punto de que dos inversores respaldados por el gobierno japonés hayan mostrado su intención de participar en la licitación de esta división: el fondo público-privado Innovation Network Corp of Japan (INCJ) y el Banco de Desarrollo de Japón (DBJ).

En esta particular partida de ajedrez parecía que esta decisión sería el final de la puja de Western Digital pero, según informa Reuters, la compañía norteamericana no va a abandonar esta oportunidad. Para ello, baraja incluso presentarse de forma conjunta con el consorcio nipón, venciendo así las reticencias oficiales y convirtiéndose, de una vez por todas, en el segundo mayor fabricante de memorias NAND del mundo.

Sería como inversor minoritario de la sociedad resultante de la escisión; eso sí, con opciones a controlar más de la mitad de sus acciones cuando los dos fondos públicos decidan rentabilizar sus respectivas inversiones. Recordemos que desde Toshiba valoran este negocio en nada menos que 2 billones de yenes (unos 18.000 millones de dólares), una cantidad nada desdeñable y muy urgente para que la organización japonesa pueda reestructurar su deuda y controlar -al menos un poco- su futuro más inmediato.

Fuente: ticbeat.com

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