Una semana con la Samsung Tab S6 Lite, una tableta sin pretensiones para la mayoría

El modelo, rival del iPad más económico, tiene una pantalla equilibrada, un buen sonido y potente batería, aunque se echan en falta algunas mejoras.

El mundo de las tabletas es una jungla donde hay un rey, el iPad. El hábitat en el que se mueven estos dispositivos es un tanto extraño. Porque la mayoría de usos que se le da es navegar un rato, ver series y películas y, de vez en cuando, hacer algo para el trabajo. Y poco más. La evolución ha sido, sin embargo, notable en los últimos años con equipos más avanzados que llegan a mejorar en algunos casos al rendimiento de muchos portátiles. ¿Hay mercado para más tabletas de gama media?

Un modelo interesante pensado para todos los públicos es la Galaxy Tab S6 Lite, una versión económica de la tableta de Samsung. Es un producto compacto y equilibrado,

 aunque se echa en falta, por supuesto, prestaciones más avanzadas, pero hay que tener en cuenta que se enfoca a un uso lúdico y entretenimiento. Ejerce más de cuaderno virtual y está a medio camino de otros modelos de la empresa surcoreana. ¿Vale la pena? En principio, si va a ser destinada a utilizarla para navegar por internet, leer la prensa, ver alguna que otra serie o película no está nada mal.

La pantalla, de 10,4, parece más pequeña por su relación de aspecto (15:9), pero es algo alargada en comparación con los modelos más extendidos. Es una idea de la propia compañía. De ahí que dé la sensación de que su uso principal es apaisado. No tiene lector de huellas dactilares, pero sí sistema de reconocimiento facial como una de las cuatro medidas de seguridad disponible. Funciona bien y de manera consistente.

Presenta una resolución de 2.000 x 1.200 píxeles y, aunque no nos encontramos con un panel de tipo OLED, la calidad visual es noble a pesar de ser un panel de tipo TFT. Una decisión que solo se entiende por cuestiones de ahorro de costes porque puede interpretarse como un paso atrás. Al no contar con tecnología HDR se pierden algunos matices cuando se visualizan películas y series.

Aunque es compatible con lápices ópticos y es posible incorporar un teclado, lo cierto es que parece más indicada al mundo del ocio digital. De ahí que cuente, como uno de sus puntos fuertes, dos potentes altavoces que logran un efecto estéreo espectacular desarrollados por AKG, sinónimo de calidad. Se escuchan muy bien aunque a niveles superiores se saturan ligeramente. Además, están discreta y estratégicamente ubicados en los marcos laterales desplazados hacia una esquina. La decisión no es casualidad. Porque de esta manera se puede coger con las manos el dispositivo sin tapar la fuente de sonido. Aunque hay que acostumbrarse a hacer el giro porque puede producir el efecto contrario.

Está bien construida. Al igual que su hermana mayor, está fabricada en aluminio. Su tacto da sensación de ser robusta. Viene laminada y resulta muy compacta, aunque es algo más pesada de lo que cabría esperar (468 gramos). Su uso está muy enfocado al consumo de contenidos multimedia y entretenimiento. Esto se explica también por la ausencia de DeX, una tecnología propietaria de la compañía que permite activar una interfaz de escritorio.

Su rendimiento, aunque mejorable, está a la altura de las promesas. Y, sobre todo, del rango en el que opera, aunque es uno de los aspectos más cuestionables. No se especifica el chip escogido, pero su memoria RAM es de 4 GB, que le permite cumplir el expediente sin ofrecer una potencia descomunal. Dispone de cámara trasera y frontal, pero son algo prescindibles por su escasa calidad (8 y 5 megapíxeles, respectivamente). La batería es, sin embargo, pata negra; 7.040 mAh garantizan una jornada completa a pleno uso. Dispone de un segundo micrófono y bandeja para tarjetas microSD. Ah, y con jack para auriculares.

Fuente: abc.es

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