La agitación en el seno de Uber no cesa.
De un tiempo a esta parte, la plataforma que ofrece viajes privados con conductor a través de una aplicación no abandona los titulares y no es por asuntos meramente económicos.
Este martes, Travis Kalanick, director ejecutivo y fundador de la empresa con sede en San Francisco, anunció que se toma un tiempo de excedencia, sin especificar cuándo volverá ni si lo hará manteniendo el cargo.
No hay duda de que Kalanick ha construido una compañía que se ha convertido en uno de los gigantes de Silicon Valley.
Sin embargo, en los últimos meses se ha tenido que disculpar no sólo por su comportamiento sino por el de algunos miembros de su equipo directivo.
Revisión de malas prácticas
La noticia de las vacaciones indefinidas de Kalanick se produce después de conocerse las recomendaciones de una comisión que revisó la gestión y prácticas de la compañía, inmersa en una serie de escándalos recientes.
El informe se encargó tras las denuncias públicas de Susan Fowler, exempleada de la empresa que describió en un blog cómo Uber ignoró sus quejas sobre el acoso sexual del que fue víctima.
El pasado domingo, la junta de Uber votó por unanimidad a favor de las recomendaciones.
En el mensaje de correo enviado a toda la plantilla, Kalanick expuso que la decisión de tomarse un tiempo libre, que además llega poco después de la muerte de su madre en un accidente de barco, es parte de un esfuerzo por crear Uber 2.0.
«Para que Uber 2.0 sea exitoso no hay nada más importante que dedicar mi tiempo a construir el equipo directivo», escribió.
«Pero si vamos a trabajar en el Uber 2.0, yo también necesito trabajar en Travis 2.0 para convertirme en el líder que esta empresa necesita y que ustedes merecen», añadió.
En el mensaje, Kalanick no especifica por cuánto tiempo estará fuera de la empresa.
Análisis de Dave Lee, periodista de tecnología de la BBC, San Francisco
Cuando aquella publicación de la exempleada de Uber Susan Fowler apareció en un blog una tranquila tarde de domingo, dudo que alguien en la empresa pensara que fuera a conducir a esto. Desde luego, yo no lo pensé.
Ese 19 de febrero marcó el comienzo de la crisis que vive la startup de Silicon Valley de la que más se ha hablado en los últimos años.
En el centro de todo esto está Travis Kalanick, un hombre que para bien o para mal simboliza lo que la gente considera la peor cara de la «cultura de colegas» del mundo de la tecnología.
Un hombre forrado de dinero con una ambición imparable que no se detenía por nadie. Hasta ahora.
Los problemas de Uber eran de por sí suficientes para que Kalanick tomara esta decisión.
Pero si a esto se le suma la trágica muerte de su madre el pasado 26 de mayo, es comprensible que el empresario de 40 años no esté en capacidad de darle a la compañía la atención que tanto necesita.
Desde que empecé a informar sobre este tema, se me ha dicho que este problema no se limita a Uber. Se extiende a toda la industria tecnológica.
Con eso en mente, puede ser que para el personal de las empresas tecnológicas sea alentador saber que este fiasco comenzó con un solo acto: el de una mujer lo suficientemente valiente para alzar la voz.
Año de error tras error
La cultura corporativa de Uber ha sido criticada por ser agresiva y esto se agravó a finales de febrero cuando se difundió un video de Kalanick hablando de mala manera a un conductor de Uber que expresó su preocupación sobre las tarifas.
En respuesta al video, Kalanick dijo: «Debo cambiar como líder y madurar».
Además de la investigación de sus prácticas empresariales, Uber enfrenta una demanda de Alphabet, la empresa matriz de Google, por el presunto robo de secretos comerciales en relación con los autos sin conductor.
También recibió críticas cuando cambió su política sobre recolección de datos de usuario y por utilizar un programa para espiar los movimientos de las empresas de la competencia.
La excedencia de Kalanick sigue a la salida de otros directivos de alto nivel y al despido de más de 20 empleados tras una revisión de más de 200 quejas de recursos humanos por acoso.
Uber funciona en 662 ciudades de todo el mundo y está valorada en unos US$70.000 millones.
Fuente: bbc.com