Hacer que las compañías adopten medidas de protección es una tarea complicada, pero también lo es detectar cuándo comienzan a desgastarse o incluso a fallar. Con el aumento de los ciberataques en los lugares de trabajo, los expertos en la industria están presionando a los negocios para que sean más cuidadosos y se tomen la seguridad de sus sistemas con más seriedad.
Daniel Solís se dio cuenta hace unos años de que la ciberseguridad tenía que cambiar, que las cosas había que hacerlas de otra forma. “Las medidas de ciberseguridad tradicionales eran necesarias pero no suficientes”, afirma el experto. Pero, ¿cómo se cambia esto? Siempre se parte de una idea fija que luego va cambiando según las circunstancias. Según él, tener ideas es fácil pero lo importante es la ejecución y cómo las vas adaptando al mercado.
Después de viajar a Estados Unidos, en 2009 el profesional creó Blueliv, proveedor de información y servicios de amenazas cibernéticas y análisis de inteligencia para grandes empresas. Aunque él y su equipo comenzaron haciendo hacking ético, poco a poco fueron buscando diferentes prototipos hasta que dieron con su producto estrella, que está basado básicamente en la ciberinteligencia en la red y que fue encontrado a raíz de una conferencia a la que asistieron donde se hablaba de las tendencias de seguridad. Se trata de coger un montón de información de Internet público y privado para luego, con ayuda del big data, transmitir a los clientes qué amenazas tienen o van a tener. Y, así, el producto fue cogiendo nombre en el mercado. “Desde nuestra sede en Barcelona, nos dedicamos a estudiar cómo se comportan los chicos malos”, cuenta Solís. “A nosotros nos diferencia el pensar diferente, el saber que esto lo podíamos cambiar. Tenemos gran capacidad de innovar y de crear”.
Fuente: cso.computerworld.es